Cómo afectan la temperatura y la velocidad a la autonomía de los coches eléctricos

Los conductores de coches eléctricos saben muy bien que la autonomía nominal de su vehículo debe tomarse como guía. La autonomía diaria efectiva, es decir, la distancia que se puede cubrir de forma realista con una carga completa de la batería, puede disminuir o aumentar en comparación con lo que se indica. Al igual que los vehículos equipados con motor de combustión interna (ICE), la eficiencia operativa está influenciada por muchos factores:

• condiciones de la carretera;
• clima;
• topografía;
• velocidad;
• presión de los neumáticos;
• estilo de conducción.

Temperatura y velocidad: cómo afectan a la autonomía de los coches eléctricos

Además, la autonomía máxima de un vehículo EV está directamente relacionada con la capacidad de la batería, es decir, la cantidad de energía (kWh) que puede almacenar, que está destinada a disminuir con el tiempo: en general hablamos de una degradación anual promedio del 2,3 % de la capacidad de almacenamiento.

Conocer la autonomía exacta antes de emprender un viaje es cada vez menos importante, gracias al aumento de capacidad de las baterías que caracteriza a las nuevas generaciones de vehículos eléctricos. De hecho, la mayoría de los vehículos comerciales ligeros eléctricos disponibles actualmente en el mercado ofrecen una autonomía más que suficiente para las actividades diarias.

Dicho esto, comprender las causas de la pérdida de autonomía puede aumentar la confianza de los responsables de la movilidad y los conductores de vehículos eléctricos, y proporciona indicaciones útiles para elegir el vehículo adecuado para las actividades de la empresa y las condiciones ambientales en las que opera.

El impacto de la temperatura en la autonomía de los vehículos eléctricos

La temperatura, especialmente si es extremadamente baja, a menudo se menciona como un factor en el agotamiento de la batería. Como se ilustra en muchas análisis realizadas a nivel europeo, la temperatura exterior puede afectar significativamente a los vehículos eléctricos, tanto positiva como negativamente.

A temperaturas óptimas, el tiempo de funcionamiento real es, en promedio, un 15 % más alto que el tiempo de funcionamiento nominal. Por otro lado, en días extremadamente fríos, la autonomía puede incluso reducirse a la mitad. Esto se debe principalmente al uso de la energía necesaria para mantener el habitáculo y las baterías a una temperatura agradable.

Afortunadamente, se pueden tomar algunas medidas para reducir estos efectos, como precalentar el coche y usar asientos con calefacción en lugar de activar el sistema de calefacción. Pero, ¿realmente la temperatura es el factor que más influye en los vehículos eléctricos? En realidad, debemos considerar un segundo factor igualmente importante: la velocidad.

La relación entre velocidad y autonomía de los coches EV

La velocidad afecta a la eficiencia del vehículo y, en consecuencia, también a su autonomía. El impacto de la velocidad, o más específicamente la resistencia, se aplica tanto a los vehículos de combustión interna como a los vehículos eléctricos.

Tenemos que introducir el concepto de resistencia aerodinámica, que es esencialmente la fuerza que se opone al avance del vehículo. La cantidad de resistencia que encuentra un vehículo en movimiento depende principalmente del diseño del coche y varía según el modelo.

La fuerza de la resistencia también depende de la velocidad y el ritmo (aumenta proporcionalmente al cuadrado de la velocidad; si duplicas la velocidad, la resistencia aumenta en cuatro) y está influenciada por la densidad y las características del propio aire (que cambia con la velocidad del viento, altitud, temperatura y humedad, todos factores considerados constantes en el siguiente análisis).

¿Afecta más la velocidad o la temperatura?

Tanto para coches turismos como para furgonetas, cuanto mayor sea la velocidad, menor será el impacto causado por la temperatura. A bajas velocidades, un cambio de temperatura de 10° tendrá un impacto mucho mayor en el alcance que cualquier cambio de temperatura a altas velocidades.

En el caso de un vehículo comercial ligero, el impacto que provoca la temperatura a altas velocidades se vuelve casi insignificante. Además, tenemos que recordar que la fuerza de la resistencia es proporcional al cuadrado de la velocidad, es decir, aumenta al aumentar la velocidad.

Probablemente ya hayas adivinado que no hay una respuesta única a esta pregunta.

En general, las altas velocidades tienen un impacto significativo en los vehículos y cumplir con el límite de velocidad en el camino es la mejor manera de maximizar la autonomía. En el caso de furgonetas o vehículos de tamaño equivalente, no debería notar discrepancias estacionales en la autonomía, especialmente si viaja principalmente por autopista.

Con turismos más pequeños y más «aerodinámicos», la temperatura es el factor determinante, especialmente en las vías urbanas. Como resultado, el uso de estrategias para reducir el impacto será aún más importante.

La realidad es que, para la mayoría de las tareas de la flota, los vehículos eléctricos de hoy pueden completar sus viajes con una sola carga, independientemente de la velocidad o la temperatura. Para viajes más largos, comprender el impacto de la temperatura y la velocidad puede proporcionar indicaciones para la correcta planificación del viaje y la posible necesidad de recargar los vehículos.