¿Los coches eléctricos contaminan menos que los de gasolina?

Es un hecho que los coches eléctricos contaminan menos que los de gasolina si tenemos en cuenta los gases de escape. Pero tenga cuidado de que necesita comprender cuán contaminantes son en realidad en su conjunto. Se considera que un coche endotérmico, los que funcionan con gasolina, diésel, metano y GLP y que la Unión Europea pretende sustituir progresivamente por coches eléctricos y de hidrógeno, tiene un impacto a lo largo de su vida, desde la producción hasta la eliminación.

En concreto, un coche produce el 10% de sus emisiones en el proceso de producción, el 5% en el proceso de eliminación y el resto (85%) en su fase de uso.

Esto también se aplica a los coches eléctricos, que si bien en conjunto contaminan casi la mitad que los de gasolina y diésel, tienen la fase de producción como su parte más débil.

El coche, un producto muy complejo

No es nada sencillo analizar todos los contaminantes que produce un coche durante su vida, porque hay que tener en cuenta las emisiones producidas para la recuperación y transporte de materias primas y las liberadas durante el proceso, para la transformación de los recursos en cauchos, metales, plásticos y demás materiales que componen el automóvil. Y esto también se aplica a los eléctricos.

Una vez que se completa la producción y el montaje, el automóvil debe llevarse al concesionario, lo que generalmente se hace a través de barcos de carga si son automóviles importados, o camiones si ya están en España u otros países europeos. Tanto los camiones como especialmente los barcos producen una gran cantidad de CO2 cuando se utilizan.

Una vez retirados, las emisiones del tubo de escape (es decir, las provocadas por el motor en marcha para mover el vehículo) y las emisiones «no del tubo de escape» generadas por la fabricación, transporte e instalación de nuevos componentes para mantener el coche «sano» en su vida.

Concluye la eliminación, un proceso que divide los componentes de un automóvil y los recicla en gran parte.

La producción: a favor de los coches endotérmicos (pero eso no es suficiente…)

La fabricación ya es un proceso bastante impactante, con 5,6 millones de toneladas de CO2 liberadas para la producción de un automóvil de gasolina o diésel (3/4 de eso solo para la carrocería), aumentando a 8,8 en la producción que un automóvil eléctrico , debido principalmente a la producción de la batería que supone el 43% de las emisiones de producción.

Aún así, se subraya cómo en todo el ciclo de vida un eléctrico es más ecológico, lo que «se refiere» a la gasolina y al diésel gracias a la capacidad de, obviamente, no producir CO2 cuando se usa. Si, de hecho, un coche familiar medio de gasolina produce 24 toneladas de CO2 a lo largo de todo su ciclo de vida, uno eléctrico produce 18. De hecho, para estos coches, casi la mitad de todas las emisiones producidas (46%) provienen del proceso de producción, y en particular de la batería.

Una buena cifra, sin duda, que sin embargo soluciona en parte el problema: tanto para los coches endotérmicos como sobre todo para los eléctricos, la dificultad estará en encontrar formas de producción que realmente tengan un impacto cero.

Gases de escape: que pasa con las emisiones

En definitiva, la diferencia sustancial la marca la ausencia de emisiones de gases de escape, que en cambio son las que han puesto en el punto de mira de muchas instituciones a los coches de gasolina y diésel.

La combustión de la gasolina y el gasóleo contiene contaminantes como dióxido de nitrógeno, carbono, benceno, formaldehído e hidrocarburos, atrapados por el dióxido de carbono que crea así una capa de ozono a nivel del suelo, evitando que el planeta se enfríe por la noche y pase a calentar los océanos. . Hay pocas diferencias entre las emisiones de un gasolina y un diésel: el motor de gasolina produce menos emisiones por cada litro de combustible quemado, mientras que el diésel es más eficiente y consume menos combustible que un automóvil de gasolina para la misma distancia.

Las otras emisiones

Luego están las emisiones no derivadas de la combustión. Por ejemplo, la fricción que provocan los frenos libera partículas al aire, que son dañinas; así como el desgaste de los neumáticos produce los mismos componentes, tanto que constituyen el 28% de los microplásticos que flotan en el océano según algunas hipótesis.

Por el lado de los frenos, también en este caso los eléctricos se benefician de la peculiaridad del motor eléctrico y su frenada regenerativa, que reduce el uso del freno. Por el lado de los neumáticos, sin embargo, los propios fabricantes de neumáticos están trabajando, porque están bajo presión, en el uso de materiales más ecológicos en la producción de neumáticos nuevos.