Neumáticos
Estado de las carreteras: ¿cómo influye en los neumáticos?
Cuando hablamos de cuidar los neumáticos siempre incidimos en aquello que nosotros, como usuarios, podemos hacer por alargar su vida útil. Sin embargo, hay otros factores que no dependen de nuestro mantenimiento o de la manera con la que conducimos. Uno de ellos es el del estado de las carreteras, que tiene un impacto significativo en la vida útil y eficiencia de las cubiertas. ¿Alguna vez te has preguntado cómo esos baches, grietas y condiciones variables de las carreteras afectan tus neumáticos?
Vamos a explorar en detalle cómo diferentes tipos de superficies y condiciones de carretera pueden influir en tus neumáticos, desde el desgaste hasta la seguridad en la conducción. Porque entender la relación entre las carreteras y los neumáticos no solo es esencial para garantizar una conducción segura, sino también para tomar decisiones informadas al momento de comprar neumáticos nuevos.
Estado de la carretera: ¿qué aspectos afectan a los neumáticos?
El tipo de firme y si este está en bueno o mal estado influye de manera diferente en los neumáticos de nuestro coche. A continuación te explicamos cómo cada tipo de superficie afecta al desgaste de los neumáticos.
Carreteras de asfalto
Si las superficies son lisas y bien mantenidas, son las ideales para los neumáticos, ya que ofrecen una resistencia mínima y un desgaste uniforme. En cambio, si el asfalto se ha desgastado o hay muchos baches, puede causar desgaste irregular y daños en los neumáticos, como cortes o abolladuras.
Carreteras de hormigón o concreto
Las superficies de hormigón son rugosas y tienden a ser más abrasivas que el asfalto, lo que de por sí puede acelerar el desgaste del neumático. Las juntas de expansión y las fisuras que se puedan hacer sobre la superficie pueden provocar golpes y vibraciones, afectando el equilibrio del neumático y su alineación.
Caminos rurales o de tierra
Se trata de superficies irregulares que causan un desgaste más rápido y pueden llevar a daños por impacto en los neumáticos. Las piedras y la gravilla, normalmente presentes, pueden perforar la banda de rodadura o dañar los flancos del neumático.
Carreteras con mucha grava o arenosas
Las partículas pequeñas como la grava pueden desgastar la superficie del neumático debido a que son abrasivas. Existe también un riesgo de penetración por la presencia de objetos más grandes o afilados que pueden causar perforaciones o cortes en la cubierta.
Carreteras con agua o hielo
Cuando se circula por carreteras con agua o con hielo, ya se sabe que la tracción y fricción entre neumático y carretera disminuye. Esto genera un deterioro por hidroplaneo, que causa que el neumático se desgaste de manera irregular. En este caso puede ser interesante adquirir unos buenos neumáticos de invierno.
Zonas montañosas y carreteras con curvas pronunciadas
En este tipo de caminos se produce un desgaste en los hombros del neumático: las curvas constantes y los cambios de elevación pueden causar un desgaste más pronunciado en los bordes del neumático. En estas condiciones se produce mayor presión sobre la estructura del neumático, ya que la conducción en pendientes y curvas pone estrés adicional en la estructura del neumático, pudiendo afectar su vida útil.
Carreteras con muchos altibajos
Aunque el estado de las carreteras sea bueno, en el caso de caminos sinuosos con frecuentes desniveles se ejerce un mayor impacto en los amortiguadores. Los constantes altibajos pueden afectar la suspensión del vehículo, lo que indirectamente puede llevar a un desgaste irregular de los neumáticos. En estas condiciones los neumáticos pueden experimentar compresiones y expansiones frecuentes, afectando su durabilidad.
Carreteras con sustancias químicas o sal
En zonas donde se usa sal para derretir el hielo y la nieve o hay derrames químicos, los neumáticos pueden sufrir corrosión o daños en la goma. En estas situaciones es importante limpiar los neumáticos regularmente para evitar el deterioro por estas sustancias.
Ambientes urbanos con frecuentes paradas y arranques
En recorridos urbanos, aunque el estado de las carreteras sea bueno con un firme en buen estado, es frecuente un desgaste más rápido de la banda de rodadura debido a los constantes arranques y frenadas (preferencias de paso, semáforos, peatones y otros usuarios de la vía…). También hay mayor riesgo de impactos laterales por bordillos y obstáculos urbanos, que pueden causar daños en los flancos de los neumáticos.
Estado de las carreteras y consejos para cuidar los neumáticos
Enfrentarse de manera efectiva a las diversas condiciones de la calzada requiere una atención especial a la elección y mantenimiento de los neumáticos. Estos son tres aspectos a tener en cuenta que pueden marcar la diferencia para evitar un desgaste excesivo de las cubiertas y situaciones que nos pongan en riesgo.
- Presión de los neumáticos: mantener la presión adecuada es esencial no solo para la seguridad, sino también para optimizar la vida útil del neumático. Una presión incorrecta, ya sea demasiado baja o demasiado alta, puede llevar a un desgaste irregular y reducir la eficiencia del combustible. Por ejemplo, en carreteras rugosas o con baches, una presión ligeramente superior puede ofrecer una mejor respuesta, mientras que en superficies suaves, la presión recomendada por el fabricante es generalmente la más adecuada. Es importante verificar regularmente la presión y ajustarla según las condiciones de conducción previstas.
- Elección de neumáticos: diferentes tipos de neumáticos están diseñados para manejar diversas condiciones de la carretera. Por ejemplo, para carreteras montañosas o con curvas pronunciadas, los neumáticos con mayor agarre y estabilidad lateral son preferibles, mientras que para caminos de tierra o grava, los neumáticos con una banda de rodadura más profunda y robusta son más adecuados. No hay un neumático universal que sea el mejor para todas las condiciones, por lo que es importante considerar el entorno predominante en el que se conduce, aunque hay opciones como los neumáticos antipinchazo o runflat que pueden sacarnos de apuros.
- Mantenimiento y la revisión regular de los neumáticos: es vital la inspección del patrón de desgaste, la profundidad de la banda de rodadura y la búsqueda de cualquier daño visible, como cortes o abolladuras. La rotación de los neumáticos también es una práctica recomendada, ya que ayuda a asegurar un desgaste uniforme.
En resumen, una atención cuidadosa a la presión, la elección correcta de neumáticos y un mantenimiento regular son claves para afrontar eficazmente las variadas condiciones de las carreteras, garantizando así la seguridad y optimizando el rendimiento del vehículo.
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