Las baterías de los coches eléctricos, el nuevo objetivo de los ladrones

Los asaltantes de piezas de repuesto tienen como objetivo las baterías de los coches eléctricos. Una nueva alarma se extiende en Europa (y posiblemente también en España), por aquellos que dejan su coche aparcado en la vía pública.

El negocio de las baterías de los coches eléctricos

No bastaron los continuos casos de robo de neumáticos con vehículos encontrados en ladrillos (que se suman a la oleada de pinchazos de todoterrenos y 4×4 en todo el mundo, por parte de los ecologistas más radicales) o la caza de catalizadores que contienen paladio. y otros metales preciosos (uno de los delitos más frecuentes en toda la península ibérica que afecta con frecuencia a operadores como los taxistas).

Ahora los coches ecológicos también corren peligro, gracias a que empieza a surgir la necesidad de piezas mecánicas que no son tan fáciles de encontrar, sobre todo a precios razonables. En los últimos días se han denunciado varios intentos de robo en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Autos asaltados o arruinados en un intento por parte de los ladrones de encontrar la fuente de alimentación del motor para ser arrancados y retirados.

Sin embargo, no es tan sencillo para los delincuentes, dado que los coches en cuestión están construidos con toda una serie de contramedidas técnicas y logísticas para que las baterías no sean identificables de forma tan inmediata. Y de hecho, en ambos casos, los propietarios encontraron señales de robo en la carrocería sin que el robo se concretara.

No es fácil robar baterías de los coches eléctricos

Basta con mirar los precios para entender por qué las baterías de los coches eléctricos son la nueva frontera del robo. Un grupo nuevo podría costar más de 6.000 euros en la lista de precios: robándoselo a otras máquinas, se puede revender a terceros por menos de la mitad. No se descarta que la demanda de profesionales del sector por ese tipo de repuesto pueda agravar el fenómeno en los próximos meses. De hecho, no olvidemos que el tema de las materias primas caras no está desactualizado y ciertas tecnologías necesitan herramientas específicas. El costo puede no ser para todos.

Para llegar a donde se colocan las baterías, en algunos casos es necesario cortar todos los cables eléctricos del coche así como el marco debajo de los asientos, que se desmontan. Las lunas se mantienen intactas, ya que para entrar en el habitáculo basta con cortar la junta de la luna, sin generar ruido y consecuentemente alertar a alguien de lo que ocurre. Además son baterías muy pesadas y difíciles de transportar. En definitiva, personas que saben cómo y dónde poner las manos.

No es un «trabajo» para todos

Los primeros casos de robo de baterías habían sido identificados en las cuatro principales ciudades de nuestro país, pero el fenómeno también está llegando a provincias.

Actualmente la atención de las fuerzas policiales es alta, así como sobre el problema general de los robos destinados a obtener todos los repuestos. En septiembre, la policía local de un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona detuvo a tres personas acusadas de formar parte de una banda que primero robaba coches por encargo y luego los llevaba a un taller de carrocería para desmontarlos y obtener las piezas para revenderlos.

Un fenómeno que empieza a manifestarse tras la oleada de robos de baterías de motos eléctricas y coches «verdes» de determinados modelos, como el Hyundai Kona.

Esta tendencia podría suponer un aumento en los precios de los seguros de estos coches, a medio y largo plazo, sobre todo si consideramos que actualmente es posible contar con software y herramientas de última tecnología que facilitan el desbloqueo de los vehículos en pocos segundos.