Esto es lo que puede hacer estallar los neumáticos: vigila el mantenimiento

Un mal mantenimiento de las ruedas de tu coche puede hacer estallar los neumáticos, comprometiendo seriamente tu seguridad. Existe un problema añadido, y es que estos no suelen estallar a bajas velocidades, sino que el estallido se produce como consecuencia del aumento de la temperatura en el neumático en mal estado. Dicho ascenso térmico suele producirse cuando circulas a altas velocidades.

Para evitar estas situaciones resulta esencial un adecuado mantenimiento del vehículo, así como una revisión periódica de las ruedas, recurriendo a los recambios en su preciso momento y no apurando la duración del neumático hasta el desgaste.

La mayoría de los estallidos se producen por deficiencias en la presión de los neumáticos y esto se puede evitar fácilmente si compruebas que la presión sea la correcta cada semana.

Afortunadamente, las nuevas normativas en vehículos obligan ya a todos los fabricantes a incorporar en todos los vehículos los sistemas TPMS que detectan la baja presión en los neumáticos a través de una serie de sensores que avisan con una alarma de esta irregularidad.

Sin embargo, no podemos tener una fiabilidad completa en este sistema, ya que siempre existe un cierto grado de tolerancia en el aviso y puedes estar circulando con los neumáticos relativamente bajos.

Por qué estalla un neumático: la presión de los neumáticos

La mayoría de la gente piensa que los neumáticos estallan porque se han inflado en exceso, a lo que deben sumarse unas condiciones de desgaste excesivo o un daño preexistente, como fisuras o cortes provocados por bordillos. También se achaca a la existencia de baches o incidencias en el terreno.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La causa más frecuente, con diferencia, de que un neumático estalle es la baja presión del mismo.

Cuando rodamos con los neumáticos con baja presión, la superficie en contacto con el asfalto, lo que denominamos la banda de rodadura, se ensancha, provocando una mayor resistencia al avance e incrementando la fricción.

Este incremento de la fricción hace que el aire en el interior del neumático aumente su temperatura, lo cual se producirá con mayor celeridad e intensidad a mayor velocidad y carga del vehículo.

De igual forma, hemos de sumar a esta fricción de rodaje otra fricción que se produce al flexionarse los materiales del neumático: caucho, alambres y tejidos, más de lo normal y con mayor frecuencia. La situación se asemeja a cuando cortas un alambre produciendo un doblez del mismo en el mismo punto durante múltiples repeticiones. La temperatura en ese punto va subiendo hasta que se produce el corte, ya que el material pierde su estabilidad por efecto del calor.

Si a todo esto le sumamos que las llantas son metálicas y que, en su mayoría, tienen acero, que es un material que se calienta con facilidad y retiene el calor, estamos ante la combinación idónea para que el aire se expanda provocando una presión más alta de la debida y el estallido del neumático.

Costumbres que agravan la posibilidad de estallido: mantenimiento del vehículo

Como ya hemos señalado, los malos hábitos en el mantenimiento del vehículo son el principal responsable de los estallidos o reventones.

Algo que agrava considerablemente la situación es llevar el coche cargado. En la mayoría de los casos, cuando vamos a viajar y cargamos el vehículo con varios ocupantes y equipaje, pocas veces seguimos la recomendación del fabricante de aumentar ligeramente la presión de los neumáticos. Como mínimo, deberíamos elevar la del eje trasero en 0,3 bar, aunque resulta conveniente hacerlo en los dos.

Si a todo esto le unimos la velocidad estaremos contribuyendo a hacer aún más ancha la banda de rodadura e incrementando las posibilidades de hacer estallar los neumáticos. Ahora ya sabes qué pautas debes seguir para preservar tu seguridad y la de los tuyos.