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Los neumáticos cristalizados: identificación, peligros, consejos

Los neumáticos cristalizados

Los neumáticos cristalizados suponen un auténtico peligro para el conductor y sus acompañantes. En concreto, este proceso surge cuando el caucho de la cubierta experimenta un proceso químico por el cual su estado físico pasa de ser elástico a rígido. En líneas generales, esto conlleva una pérdida de sus cualidades intrínsecas, lo que se traduce en un menor agarre al asfalto y, por ende, en una tracción muy inferior.

Características de los neumáticos cristalizados

Uno de los principales problemas asociados a los neumáticos es que resulta muy difícil detectar su cristalización a simple vista. De hecho, su aspecto no cambia ni un ápice y, en una primera inspección, puede parecer que están perfectamente bien a pesar de que hayan perdido la mayor parte de sus cualidades.

Sin embargo, hay un truco que te puede ayudar a saber si tus neumáticos están cristalizados. En concreto, lo que debes hacer es intentar hundir una de tus uñas en el dibujo de la cubierta. En caso de que puedas hacerlo porque esté blanda, no tienes nada de qué preocuparte. En cambio, si observas que te resulta imposible por su dureza, probablemente estén cristalizados.

Reconocer un neumático cristalizado

Aunque no sean visibles a simple vista, sí que hay una serie de síntomas tradicionalmente asociados a la cristalización de los neumáticos que pueden ayudarte a llegar a la conclusión de que sufren este problema. Son los siguientes:

1. La distancia de frenado incrementa: si aprecias que, en alguna ocasión, cometes algún error de cálculo y tienes que acabar pisando el freno con firmeza para no chocar con el vehículo delantero, probablemente se deba a la cristalización de la goma. Mantente alerta por si esto te pasa con demasiada asiduidad y extrema las precauciones.

2. Incremento sin motivo del consumo de combustible: este puede llegar a ser de entre un 15 y un 20 % debido a la mayor resistencia a la rodadura que genera la cristalización del neumático.

3. Disminución de la resistencia al aquaplaning: la cristalización conlleva una pérdida de tracción especialmente visible al atravesar asfalto en el que se han formado balsas de agua.

4. Te cuesta más trazar las curvas: esto es especialmente palpable sobre asfalto mojado y guarda relación con la pérdida de tracción comentada anteriormente. Sin embargo, también puede pasarte en seco.

Consejos si detectas neumáticos cristalizados

Lamentablemente, solo podemos darte un consejo si detectas que tus neumáticos se han cristalizado: sustituirlos. Y es que, una vez que este problema ha hecho acto de presencia, lo único que se puede hacer es desecharlos por otros nuevos que sean capaces de ofrecerte la tracción y la seguridad que necesitas para circular.

La sustitución de los neumáticos cristalizados es fundamental para garantizar tu integridad, la de aquellos que viajan contigo y la de quienes comparten la carretera contigo. Además, aunque no te pille en un buen momento económico, has de saber que, hoy en día, es posible encontrar neumáticos baratos con montaje incluido capaces de ofrecerte muy buenas prestaciones. Piensa, en este sentido, que tu seguridad y la de los demás no tiene precio y que, más temprano que tarde, puedes acabar llevándote un susto si no los cambias.

En definitiva, los neumáticos cristalizados pueden definirse como enemigos silenciosos de nuestra seguridad ya que, a simple vista, es muy complicado detectar que han sufrido este proceso químico que detallamos al comienzo de este artículo. Sin embargo, en cualquier taller especializado en el montaje de neumáticos para coche podrán decirte si tus cubiertas sufren este mal o no y si necesitan ser sustituidos. Así que, en cuanto detectes el primer síntoma, procede a su sustitución.

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