Usar los neumáticos hasta el final para reducir las emisiones

A menudo hablamos de vehículos de cero emisiones, y hay que hacer una distinción entre el motor y el resto del coche. Con los coches eléctricos, es cierto, el CO2 desaparecerá de los escapes, por la ausencia de estos últimos.

Es inevitable: seguiremos contaminando

Pero no desaparecerán elementos altamente contaminantes y al mismo tiempo absolutamente necesarios, como los frenos de disco o los neumáticos. Con los coches eléctricos actuales, y así será hasta la llegada de modelos más ligeros, los neumáticos contaminarán aún más por el aumento de peso. Así que cero emisiones «ni», como se suele decir, hasta que los fabricantes de neumáticos suban el nivel de las apuestas.

Es algo inevitable. Sin embargo hay algunas distinciones. Según los últimos datos, uno de los fabricantes interesados ​​en mejorar el medio ambiente a partir de los neumáticos es Michelin.

La empresa francesa apoya la recomendación de Francia de que la prueba de homologación actual para neumáticos nuevos también se utilice para los desgastados.

Una solución: aprovechar al máximo los neumáticos

El objetivo es volver a poner en circulación neumáticos parcialmente desgastados, pero de calidad suficiente para garantizar la seguridad y el rendimiento.

Según los técnicos, un neumático gastado, en condiciones secas, garantiza más agarre en la frenada y menor sobrecalentamiento, reduciendo la cantidad de CO2 emitido. Un grupo de trabajo creado en la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) se ha dado a la tarea de definir los procedimientos para la realización de estas pruebas..

La idea es, por tanto, explotar siempre los neumáticos hasta el límite legal de 1,6 mm de dibujo.

Si todo el mundo llegara a este nivel de consumo, se calcula un ahorro de unos 128 millones de neumáticos al año (según la empresa Ernst & Young). En promedio, los automovilistas cambian su equipo cuando el desgaste alcanza los 3-3,5 milímetros. Por lo tanto, existe un amplio margen de maniobra para mantener en el mercado toda una gama de neumáticos usados ​​que no solo cumplen las normas de tráfico, sino que incluso pueden contribuir de forma inesperada a la reducción de emisiones.

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