Tráfico
Adiós privacidad: en 2026 la DGT controlará tu coche en todo momento
Se llama DGT 3.0 y entrará en función a partir de 2026. Se trata de una plataforma en la nube desarrollada y pensada para recoger, catalogar y almacenar, los datos en tiempos reales de todos los vehículos que circulan en las carreteras españolas. Para los coches, SUV y crossover, motos, furgonetas y camiones que tengan conexión a Internet esto implica una comunicación constante con la DGT.
Una iniciativa consecuencia de los tiempos en los que vivimos, casi inevitable, pero que romperá definitivamente uno de los últimos límites de la ciudadanía en cuanto a privacidad.
La DGT siempre sabrá dónde vas con tu coche
La operación DGT 3.0 tendrá un coste de 3,3 millones de euros y nace con el propósito de mejorar al máximo los niveles de seguridad. Al mantener un control constante sobre todo el transporte sobre rueda, la DGT podrá ofrecer información en tiempo real sobre accidentes, desvíos, peligros, garantizando una movilidad más eficiente y reduciendo los riesgos para conductores y pasajeros.
Básicamente, en 2026 España también entrará en la edad del «coche conectado», que anticipa también la que será la movilidad del futuro, con vehículos autónomos y que se conducen solos, una forma de geolocalizar todo el tráfico vial y también repartir multas, evidentemente.
Los usuarios podrán cargar datos en la plataforma, comunicando con la aplicación DGT 3.0 por ejemplo situaciones o imprevistos también de tipo climático. En fin, algo que ya otras aplicaciones hacen desde un montón de tiempo (todos conocemos la popular Waze).
Coches bajo control, vidas bajo control
Como siempre pasa en estas ocasiones, también la DGT asegura que los datos se tratarán de forma anónima. La verdad es otra: nuestro coche y nuestros movimientos serán registrados constantemente, creando un serio problema en cuanto a invasión de la privacidad personal.
Queda claro que, hoy en día, simplemente al tener a nuestro lado un moderno smartphone y usando apps que aprovechan la localización (como Google Maps, WhatsApp o asistentes vocales como Siri), ya es anacrónico hablar de privacidad: de hecho casi no tiene sentido.
Sin embargo, con la llegada del DGT 3.0, la que era la libertad (aunque aparente) de movimiento, acaba bajo control del Ministerio del Interior. Y, en un momento político en que se habla más de espionaje que de solucionar los problemas concretos del país, pues era una noticia de la que habríamos prescindido gustosamente.
De hecho, si por un lado la DGT enfatiza «la gestión anónima de las informaciones sobre conductores y vehículos«, la misma Dirección General de Tráfico reconoce que los datos serán utilizados cuando haya un riesgo para la seguridad. Claro.
Sin olvidarnos que, a parte la DGT, también los funcionarios de las administraciones públicas y ayuntamientos podrán acceder a nuestros datos.
¿La geolocalización realmente ayuda a reducir los accidentes?
Si ya existen aplicaciones donde los automovilistas comparten informaciones y noticias sobre el tráfico, incluso los camioneros llevan años comunicando entre ellos gracias a emisoras de radio CB, nos cuesta creer que el control constante de todos los coches de España ayude realmente a reducir los accidentes.
De hecho, conocer la posición de los vehículos no afecta a elementos clave de la siniestralidad vial, como el exceso de velocidad, la conducción en estado de ebriedad, el escaso mantenimiento del coche y toda una serie de malos hábitos que ni la DGT 3.0 ni el Internet de las Cosas podrán cambiar jamás.
En lugar de gastar 3,3 millones de euros en una aplicación para la que ya existen decenas de alternativas, probablemente hubiera sido más útil invertir ese dinero en soluciones prácticas y realmente útiles para el ciudadano medio.
¿Cómo? Por ejemplo lanzar un estudio profundizado sobre los riesgos y el estado actual de nuestras carreteras y autopistas, planificar una optimización de la iluminación y señalización, la adopción de nuevos sistemas de protección, potenciando e incrementando los controles en todo el territorio nacional.
Vale la pena recordar cuáles son las principales causas de accidentes de tráfico en España:
- Exceso de velocidad.
- Uso de alcohol y drogas.
- Condiciones del clima.
- Cansancio y despistes.
- Uso del teléfono móvil.
- Mal estado de los neumáticos del coche.
Que nadie os engañe
La plataforma DGT 3.0 no permite reducir la velocidad de los coches, ni evita que alguien borracho o extremadamente cansado se suba a su vehículo. Con respeto al clima, evidentemente, la comunicación de situaciones de peligro es oportuna, sin embargo es algo que ya vemos en otros software y hasta en los medios locales y nacionales.
Tampoco la plataforma tiene el poder de convencer a las personas a dejar el móvil mientras conducen, (además los modelos de vehículos modernos tienen sistemas de comunicación integrados) y tampoco esta aplicación será capaz de alertar sobre el desgaste de los neumáticos.
¿Entonces? Este control en tiempo real de todos los vehículos españoles no ayudará a reducir accidentes ni a mejorar la circulación. Que nadie os engañe.
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