Coches
Pérdida líquido refrigerante: a qué se debe

Si notas una pérdida de líquido refrigerante en tu coche, debes ponerle solución de inmediato, ya que puede producir averías mucho más graves y más complicadas de solucionar.
Esta solución acuosa es la encargada de refrigerar el motor, de protegerlo contra la corrosión y de evitar las posibles formaciones calcáreas que pueda tener.
Una de tus tareas para cuidar correctamente tu vehículo es comprobar que siempre tenga los niveles óptimos, y si ves que hay un consumo excesivo, es porque hay algo que no anda bien. Te contamos cuáles pueden ser sus causas.
Causas de la pérdida de líquido refrigerante
La pérdida de líquido refrigerante puede ocasionarse por los siguientes motivos:
- Deterioro en las mangueras: estos componentes se someten a un calor elevado y continuo que pueden originar desgarros o grietas por donde puede fugarse el líquido refrigerante.
- Grietas en el radiador: el radiador de tu vehículo está expuesto a diferentes agentes como tierra, arena, trozos de metal o, incluso, piedras en función del terreno donde lo conduzcas. Todos estos elementos lo erosionan pudiendo sufrir grietas a causa de ello.
- Desgaste en la bomba: tanto el sello como sus partes mecánicas pueden desgastarse con el uso y ocasionar fisuras por donde se fuga el líquido refrigerante.
- Rotura de la junta de la culata: esto produce que el motor no esté sellado y origina una mezcla del líquido refrigerante con el aceite. En estos casos, la avería es bastante grave y puede decirse que hay una pérdida de líquido refrigerante sin fuga.
Qué debes hacer si tu coche tiene una pérdida de líquido refrigerante
Antes de hablar de las posibles soluciones, deja que incidamos en algo muy importante y que ya hemos dicho al principio: al igual que realizas revisiones frecuentes de otros aspectos de tu vehículo como el líquido de frenos o el nivel del aceite, debes comprobar también cada cierto tiempo el líquido refrigerante. De esta forma, podrás detectar rápidamente algo anómalo y ponerle solución antes de que sea demasiado tarde.
Si has detectado una pérdida del líquido refrigerante, ahora toca saber dónde puede producirse. Hay que revisar los elementos anteriormente citados, ya que la solución a poner dependerá del tipo de avería que haya.
Si la fuga es en el radiador, puedes comprar los llamados aditivos para motores y echarlos en el depósito de expansión. Una vez hecho esto, conduce unos 10 kilómetros y comprueba que el nivel del líquido sea estable. Si no es así, es que tienes una brecha más grande que debe ser solucionada con un pegamento especial. También puede ocurrir que el radiador esté roto, en este caso, no habrá más remedio que cambiarlo.
Si el problema está en las mangueras, bastará con reemplazarlas. Al igual que si se detecta en la bomba, en este caso puede bastar con alguna pieza de ella que esté defectuosa.
Pero si el problema es en la junta de culata, en este caso es una avería de las más costosas y más difíciles de solucionar, debes llevarlo a tu mecánico inmediatamente, ya que en caso contrario puede ocasionar daños importantes en el motor.
Como hemos podido ver, una pérdida en el líquido refrigerante puede deberse a varias causas y tener soluciones diferentes. El consejo más importante que podemos darte es que para que tu vehículo esté en buen estado de funcionamiento, debes realizar inspecciones periódicas para detectar ciertos problemas que pueda tener y que pueden convertirse en averías graves.
Y es que, prevenir vale más que curar, ¿no estás de acuerdo?
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