Las técnicas de conducción eficiente: cómo preparar el vehículo

 

La conducción eficiente puede ahorrarnos cientos (e incluso miles) de euros en combustible cada año, mejorar la seguridad vial y evitar el desgaste prematuro del vehículo.

Veamos cómo optimizar el vehículo y cuáles son las técnicas de conducción eficiente que nos permitirán reducir el consumo de carburante hasta en un 30 %.

Cómo preparar tu coche para una conducción eficiente

Para que el vehículo no gaste ni una gota de más de combustible, es necesario tener en perfecto estado de mantenimiento los siguientes elementos:

  • Bujías (coches de gasolina) o calentadores (vehículos diésel)
  • Filtro de aire
  • Lubricante del motor
  • Inyectores
  • Sistema de control de emisión de gases
  • Neumáticos

Cualquier anomalía en alguno de estos elementos conlleva un aumento del consumo de combustible, que puede ser muy significativo si son varios los elementos en mal estado de mantenimiento.

Hacemos hincapié en la importancia de tener los neumáticos en perfecto estado: unos neumáticos desgastados o deshinchados, además de perder adherencia, ofrecen mayor superficie de contacto con la calzada, lo que aumenta el consumo.

En el mercado pueden encontrarse algunos dispositivos electrónicos para reducir el consumo: olvidémonos de adquirirlos e instalarlos porque no son efectivos. Los que funcionan lo hacen limitando la potencia entregada por el motor, lo que nos puede poner en apuros si nos encontramos en una situación comprometida.

Cuáles son las técnicas de conducción eficiente

Si combinamos las siguientes técnicas de conducción eficiente reduciremos el consumo hasta en un 40 %:

Acelerar con suavidad

En ensayos en pista se ha demostrado que variar la velocidad de 75a 85 km/h cada 18 segundos aumenta el consumo de combustible en más de un 10 %. Y en ciudad, los acelerones innecesarios no se limitan a aumentar el consumo, sino que lo disparan.

Mantener una velocidad moderada

Un vehículo a 120 km/h consume un 20 % más que a 100 km/h. Conque, si no tenemos demasiada prisa, cambiemos minutos de viaje por euros.

Anticiparse al tráfico urbano

En ciudad puede ahorrarse mucho combustible mediante la anticipación: sabemos dónde nos encontraremos un semáforo cerrado, un atasco, un cruce o una glorieta. No aceleremos de golpe para tener que frenar bruscamente en pocos segundos.

No dejar el coche al ralentí innecesariamente

Un vehículo con un motor de 2 litros gasta unos 200 mililitros de combustible por cada 10 minutos que permanece al ralentí.

Utilizar correctamente la transmisión

Cuanto mayor sea el número de revoluciones, más combustible quemará el motor. Por lo tanto, conduzcamos con la marcha más larga que sea posible.

No llevar pesos innecesarios

Esto es muy habitual en vehículos con gran capacidad de maletero o de carga, como furgonetas, coches familiares y grandes SUV.

El consumo de combustible aumenta aproximadamente un 1 % por cada 25 kilogramos de peso adicional.

Quitar portaequipajes y otros accesorios del techo

La resistencia aerodinámica de estos dispositivos puede aumentar el consumo de combustible hasta un 15 % en autopista.

Utilizar el aire acondicionado con moderación

El aire acondicionado puede incrementar el consumo de combustible de un vehículo. La cifra es de en torno a 1 litro por cada 100 kilómetros en carretera y de 2 litros en ciudad.

Siguiendo estas sencillas pautas, no solo bajaremos nuestro consumo de combustible hasta en un 40 %, sino que reduciremos la probabilidad de sufrir un accidente, puesto que algunas de las técnicas de conducción eficiente aumentan la seguridad vial.

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