El Aire Acondicionado del coche, siempre a punto

El sistema de #aire #acondicionado de los vehículos funciona transformando el aire caliente del exterior en aire frío. Esto se hace gracias a un gas que circula por el circuito; y como este está compuesto por tubos flexibles, se favorecen las fugas.

Es necesario realizar una revisión al año, preferiblemente antes de veranos, para un correcto funcionamiento de sus circuitos y elementos que lo componen, ya que su deterioro va en función de su uso.

Síntomas

Existen 4 claros síntomas del fallo o mal funcionamiento del Aire Acondicionado del coche:

– No baja la temperatura del interior del coche en poco tiempo. Este problema puede estar ligado al nivel del líquido de fluido, de la botella deshidratante, del filtro del habitáculo o del bloqueo de alguno de los sistemas.

– Al conectarlo percibes un olor desagradable, lo que se debe a la acumulación de humedad en los conductos de aireación y es síntoma de que el circuito de climatización está infectado de bacterias, polvo y hongos.

– Se concentra el vaho en los cristales porque no enfría lo suficiente. La solución suele ser cargar el gas del circuito.

– Hay poco caudal de aire. En este caso lo más habitual es que el filtro de habitáculo está obstruido.

Lo ideal es que el aire acondicionado funcione a una temperatura que oscile entre los 22 y los 23 grados. Una temperatura inferior durante un largo periodo de tiempo puede incrementar el consumo de combustible hasta un 20 por ciento.

Algunas recomendaciones:

En verano, en días muy calurosos, antes de conectar el aire acondicionado baja las ventanillas del coche para que la temperatura del habitáculo no sea tan elevada: normalmente esta suele ser muy superior a la del exterior y, si conectas el aire nada más subirte, harás que trabaje al máximo rendimiento y se deteriore más.

En invierno, enciende periódicamente el aire acondicionado para evitar obstrucciones. Además, recuerda que en esta época del año es un método rápido y excelente para eliminar el vaho de los cristales si lo conectas con la temperatura alta.

Los fabricantes recomiendan que se sustituya una vez al año o cada 15.000 kilómetros recorridos. Estos intervalos deben ser sensiblemente menores si circulas con frecuencia por terrenos con mucho polvo.

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