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Qué mirar antes de comprar furgonetas camperizadas de segunda mano

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El gran problema de adquirir furgonetas camperizadas de segunda mano es que corremos el riesgo de hacernos con una que haya tenido una vida anterior dura y difícil.

Y es que no todas han salido de fábrica como tales: muchas de ellas han sido modificadas a posteriori y es posible que, antes de su conversión, hayan recorrido cientos de miles de kilómetros repartiendo mercancías o transportando pesadas cargas.

La edad no importa tanto como el kilometraje

No hablaremos del equipamiento de confort de los interiores de las furgonetas camperizadas porque cada usuario sabe mejor que nadie cuáles son las necesidades y comodidades que precisa, en función de la tipología de sus viajes recreativos.

Lo mismo podemos decir de la edad: en este tipo de vehículos usados no es un factor demasiado relevante, ya que un furgón de, pongamos por ejemplo, diez años de edad, puede haber sido camperizado hace uno y estar equipado con todo tipo de lujos y detalles.

Los factores decisivos son siempre el kilometraje y el mantenimiento: de ellos dependerá que nuestra furgoneta camperizada no nos falle durante unas vacaciones, a cientos (o miles) de kilómetros de nuestro domicilio.

Por tanto, solicitemos siempre al vendedor la copia de la tarjeta ITV y el libro de mantenimiento de la furgoneta.

Revisa minuciosamente los bajos y el vano motor

Dado que hablamos de furgones usados que pueden haber sido camperizados con el objetivo concreto de obtener un beneficio económico, revisar el exterior y el interior de los mismos no será una pista demasiado fiable, ya que lo normal será que su estado sea excelente.

Pero los bajos de la furgoneta no engañan y lo mismo sucede con el interior del vano motor: una simple inspección ocular a esos elementos nos dará pistas acerca de si el vehículo ha rodado cientos de miles de kilómetros o si se ha usado ocasionalmente como vehículo vacacional.

Valida los datos de la tarjeta ITV y el kilometraje con el certificado de la DGT

Para comprobar la veracidad de los datos facilitados por el vendedor, nada mejor que solicitar el informe oficial de la DGT. Podemos hacerlo telemáticamente: solo necesitaremos aportar la matrícula del vehículo junto con nuestros datos personales.

El coste no supera los 10 euros y antes de 48 horas tendremos el informe en nuestro poder. Con este informe oficial conoceremos, entre otros datos reales, el número de propietarios, los usos anteriores (por ejemplo, furgoneta de una empresa de reparto) y el kilometraje registrado en las sucesivas ITV, así como el resultado favorable o desfavorable de esas inspecciones.

En caso de duda, solicita permiso para realizar una inspección mecánica en un taller de tu elección

Si ves algo que no te convence, solicita someter la furgoneta camperizada a una inspección en taller. No tendrás que hacerla en ningún caso: si no te ponen trabas es porque la furgoneta está en buen estado y si hay objeciones para que realices la inspección, desiste directamente de adquirirla.

Y en cualquier caso, cuando no encuentres furgonetas camperizadas de segunda mano que te convenzan, siempre tendrás la opción de adquirir un furgón estándar con pocos kilómetros y modificarlo en un taller especializado: el coste de camperizar una furgoneta usada no es bajo, pero la operación siempre saldrá mucho más rentable que la adquisición de un modelo camperizado recién salido de fábrica.

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