Conducir en situación de emergencia 

Son muchas las situaciones inesperadas que pueden sucederse en la carretera, de ahí que sea tan importante saber cómo hay que actuar en estos casos para tener más opciones de salir airoso ante cualquier contratiempo. Lo fundamental es mantener siempre la calma, pues de esta forma resultará más sencillo encontrar una salida inteligente al problema que tenemos delante.

¿Quién no ha sufrido en alguna ocasión un pinchazo, le han fallado los frenos o, por un instante, ha perdido el control del vehículo? En circunstancias como estas es bueno ser precavido y, por ejemplo, llevar siempre los neumáticos de emergencia preparados para ser instalados en el supuesto de que sea necesario.

Conducir en situación de emergencia tras un pinchazo

Una rueda de repuesto puede llegar a salvarnos de muchas malas pasadas. Ante un pinchazo o reventón, contar con ella nos permitirá circular hasta el taller más cercano. En estos casos se aconseja mantener la dirección del vehículo lo más recta posible, evitar los frenazos bruscos reduciendo lentamente la velocidad y cambiar a las marchas más bajas para que el motor sea el que vaya frenando poco a poco el coche.

Las manos han de estar siempre firmes y agarradas al volante, ya que puede llegar a salvarnos la vida en caso de que un neumático reviente. Generalmente, este es uno de los problemas más habituales que suelen presentarse durante la conducción, por eso conviene saber cómo hay que actuar en caso de que se produzca una situación de este tipo.

Conducir en situación de emergencia en ciudad

Los neumáticos run flat, una solución a tener en cuenta

Para los más precavidos una solución interesante es la de llevar neumáticos run flat en el coche. Se trata de neumáticos de emergencia antipinchazos reforzados, que permiten seguir rodando a una cierta velocidad y durante una distancia determinada cuando se produce un pinchazo.

Estas cubiertas especiales nos conceden un margen para poder acudir a un profesional y solucionar el incidente, pero es importante no abusar de ellos porque puede resultar contraproducente.

La actitud del conductor en estas circunstancias, no obstante, puede llegar a ser incluso más determinante. Si llegamos a perder el control de la dirección, es importante que sepamos que lo primero que debemos hacer es soltar suavemente el pie del acelerador. Si la velocidad a la que circulamos es alta, en ningún caso debemos utilizar el freno de emergencia, y lo que sí debemos hacer es encender las luces que avisen al resto de conductores de que estamos en apuros. Una vez que consigamos detener el coche, debemos pararlo en un lugar seguro y colocar inmediatamente los triángulos de señalización.

La precaución en la carretera es siempre necesaria, y en casos complicados como los que hemos descrito no vale solamente con llevar neumáticos de emergencia. Lo principal es que nuestra reacción sea la adecuada.