Científicos descubren la ‘ovillanta’: neumáticos reciclados para combatir el Zika

Un estudio llevado a cabo por científicos de Canadá y México, durante diez meses, se ha traducido en un invento que podría ayudar a frenar la expansión del virus

El incesable avance del virus Zika a nivel Mundial, pero en especial en Latinoamérica, ha llevado a científicos a investigar y descubrir métodos que intenten poner freno a esta enfermedad que ya se ha cobrado miles de muertes.  Y aunque parezca sacado de un manual de bricomanía, esta solución, cuya base es un neumático reciclado, está siendo muy efectiva.

En qué consiste el invento

El curioso invento ha sido bautizado con el nombre de ‘ovillanta’ y ha sido testado en  las zonas más pobladas de las urbes de Guatemala por los investigadores de la Universidad canadiense de Laurentia. Se trata de unir dos secciones de un neumático, de unos 50 centímetros, dibujando la forma de una boca y colocar una válvula de descarga con una solución de leche y feromonas.

Esta solución, atrae a las hembras de la variedad del mosquito ‘Adesgenus’, portadores del Zika. Una vez han depositado sus huevos en la tira de papel o trozo de madera que flota sobre el líquido, se le prende fuego o rocía con etanol para eliminar todo vestigio de infección.

Los resultados

Durante el periodo de estudio de este método, el equipo de investigación acabó con más de 18.100 huevos del mosquito ‘Adesgenus’, utilizando 84 ‘ovillantas’ a lo largo de siete barrios diferentes dela ciudad de Sayaxché, que cuenta con una población de más de 15.000 habitantes. Esta cifra es siete veces mayores a los 2.700 huevos recolectados, en el mismo lugar y periodo, a través de las trampas convencionales.

«Decidimos utilizar neumáticos reciclados, en parte, debido a que los neumáticos ya representan hasta el 29 por ciento de los sitios de reproducción elegidos por los ‘Aedes aegypti’. También, porque los neumáticos son un instrumento universalmente accesible en entornos de bajos recursos, y porque dar a los neumáticos viejos un nuevo uso crea una oportunidad para limpiar el medio ambiente local», describe Ulibarri, uno de los científicos que han dirigido el proyecto.

Este invento es una muestra del ingenio del ser humano, que se une y avanza en la misma dirección para lograr soluciones que, como es en el caso del Zika, ayuden a frenar la oleada de muertes que están sufriendo países donde los recursos médicos son más limitados.